Wadaka Tema 48
En tiempos de la Colonia, en la
ciudad capital no existía el mercado de nuestros días, en cambio, había “La
Matanza” lugar a la orilla del Río donde era sacrificado el ganado y cerca, al
Sur, una colina: Cerro del Zamuro lo bautizaron
porque siempre había una negra ave de rapiña oteando la tarde para caerle a los
trastos del ganado.
Siguiendo la ribera del Río del
poniente al naciente, sobre un terreno rocalloso en forma de cabo donde se
formaba una playa por las noches intermitentemente alumbrada por cocuyos (Playa
de la cocuyera), la Municipalidad en 1819, levantó el abasto de la ciudad, el Mercado, según el
explorador Michelena y Rojas, el cuarto de su género en toda la República.
El mercado era un edificio
semicircular rodeado por una verja de hierro, pero abordable por embarcaciones
menores cargadas de víveres de toda
naturaleza y en abundancia, provenientes no sólo de Cumaná y Barcelona que
están a la otra banda del río, sino del
Meta viniendo de Casanare, del Apure y aún de provincias más distantes.
Estaban además las Galerías
cómodas, elegantes y espaciosas donde los citadinos se paseaban y realizaban
sus transacciones comerciales a cubierto o lugares más frescos como la Alameda
compuesta de dos rangos de copudos árboles. Era la zona socialmente neurálgica,
alegre y movida de la ciudad desde el alba hasta el atardecer.
A la mitad del siglo pasado, la
modernidad trajo los mercados periféricos y el antiguo mercado colonial frente
al río fue demolido. Ahora cada municipio
tiene su mercado, San Félix y Upata entre los primeros. En ellos se encuentra la ciudad viva todos
los días en una relación de precios y de animadas y singulares tertulias
interpersonales.
En la moderna Ciudad Guayana de
portentosa economía industrial, por lo que en población supera a todas a pesar de su corta edad, no
hay mercados públicos sino supermercados y portentosas tiendas como en las
grandes urbes donde todo está tecnificado y en armonía con el modo de vida del
hombre contemporáneo que en vez de chicha de maíz toma refrescos embotellados y
se comunica por unos aparatitos llamados celulares.
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