Wadaka Tema 57
El Estado Bolívar y la Guayana en
general son conocidos y admirados en el mundo por sus imponentes paisajes,
conformados por una impresionante naturaleza precámbrica de planicies,
altiplanicies, escarpaduras, precipicios, rocas monumentales y una apretada
vegetación surcada por ríos, saltos de agua, raudales y lagunas, habitada por
una fauna silvestre prodigiosa, en resumen, toda una diversidad de escenarios
de gran interés para la expectación, expansión espiritual, la contemplación y
el turismo.
Algunos de estos escenarios
naturales han sido intervenidos por el hombre y desarrollados parcialmente,
convirtiéndolos en áreas para el disfrute contemplativo y recreacional como la
Laguna de Canaima de arenas doradas y morichales sumergidos, surtida por el
Salto Hacha del río Carrao que baja desde lo alto de un tepuy.
El Estado venezolano, a través
del Ministerio del Ambiente cuida y protege los escenarios naturales a través
de la figura de Parques Nacionales y en ese sentido así han sido declarados
Canaima, Jaua-Sarisariñama, Duida-Marahuaca, Yapacana, serrana La Neblina,
Parima-Tapirapecó, Mariusa y los Monumento Naturales Piedra del Cocuy, Cerro
Autana y los Tepuyes.
Apegada a la tesis del
“desarrollo sostenido” impulsada por las Naciones Unidas, respecto a la
conservación de los recursos naturales, las legislación ambiental venezolana
establece como función principal el aprovechamiento adecuado de lso Parques
Nacionales con fines turísticos, didáctico-educativos y científicos.
El imponente paisaje de Guayana
se ve constantemente amenazado por la explotación minera irracional, mal uso de
las aguas en la minería aurífera y diamantífera como para el aprovechamiento
hidroeléctrico, inundaciones,, incendios, explotación de la flora y de la
fauna, todo lo cual que conlleva a una
peligrosa alteración de los ecosistemas.
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